PLANTA * PEZ

en mi trabajo la entrada esta "controlada", realmente puede entrar cualquiera, es un hospital por dios!, pero hay "elementos de seguridad privada" que te abren la puerta.
a la mayoría de los "polis" ya los conozco y me llevo bien padre con ellos y hasta cotorreamos y tal...
pero la semana pasada llego uno nuevo
delgado,moreno, pero no moreno bonito, sino moreno asi como enfermo grisaceo, yo le calculo unos treinta y tantos, con los ojos hundidos, el chiste es que este sujeto siempre tiene mala cara, yo creo que hace conspiraciones en mi contra...
siempre me ve feo...y murmura cosas cuando me ve, me da mucho miedo
yo lo saludo amablemente, y nunca me quiere dejar pasar
hoy precisamente:
estaba el tipo en la puerta... ahí nomás leyendo la prensa, que es oficialmente el periódico mas feo del país, y no me quería dejar pasar... no quería no quería y no quería
y yo le explicaba "es que mire... yo trabajo ahí ahí nomás en la cafetería... ni me quiero robar un niño, ni traigo explosivos, ni quiero hacerle daño a alguna parturienta... no ... yo nomás hago capuccinos y le pongo caras a los clientes", pero no entendía razones
hasta que llego uno que si me conoce y me dejo pasar...

me da mas miedo cuando esta ahí nomás con la mirada perdida entre la banqueta y un poste

en la obscuridad el cigarro parecía una luciérnaga entre sus labios, y despúes volaba hacía un lado, y cada vez que aspiraba, esa luciérnaga parecía renacer.
su mirada ya no era inocente, mucho menos tierna, no para muchos que la habían conocido.

ahora ella sabía la verdad, esa verdad tan clara y tangible.
hablaba pausada, clara, recordando cada detalle, cada escena de su vida como si de una película se tratara, olvidando detalles e intercalandolos en el relato.
aún asi... buscaba una respuesta... o varias tal vez.

respuestas que sabía... jamás llegarían, por orgullo, hipocresía, desepción, hastio... qué se yo
y buscaba... buscaba pidiendo no encontrar, también pedía no recordar, no sentir.
el encontrar las respuestas que buscaba, tal vez revelarían su error, sería ir a un punto sin retorno.

por eso... ella prefería salir de noche, evadir miradas, dejar resonar su voz en oídos a los que no les imortaban sus palabras, vivir en brazos ajenos, besar labios anónimos... y evitar las respuestas, fingiendo siempre buscarlas.

y asi es como ella vive, siempre a un lado del camino.